viernes, 4 de diciembre de 2009

NAVIDAD: ¿FIESTA DE LA TERNURA DE DIOS… O UN DÍA DE SHOPPING?

Ya es 24 de Diciembre, la gente se apresura, las calles céntricas de la ciudad, los microbuses repletos de pasajeros, aceleran para llegar a los “Moles: Plaza Vea, Ripley, Saga, Metro, etc, etc, porque son los fabulosos “Cierra puertas” lo que los lleva. Es que hay ofertas, remates, los precios han caído. Es la ocasión para comprar todo, para pasarla a todo dar, pues la noche se acerca y la Navidad está por celebrarse. Los shows musicales, las comidas rápidas, las bebidas que ofrecen, ya nos hacen “vivir la fiesta”.
A se vive la NAVIDAD COMERCIAL, pero y… ¿la otra Navidad, mejor dicho, la verdadera Navidad? ¿Cuál Navidad? ¡LA DE JESÚS pues! La que celebramos los cristianos: la natividad de Jesús, el cumpleaños del Hijo de Dios, enviado a la tierra, naciendo de la Virgen María, para hacerse uno de nosotros, compartirnos el amor del Padre y hacernos hijos adoptivos del Padre del Cielo.
Esta es la auténtica fiesta de la ternura de Dios, hecho niño en un pesebre, desprovisto de lujos, riquezas, ajuares de marca, es lo que nosotros los discípulos y discípulas misioneros de Jesucristo, estamos llamados a seguir promoviendo y celebrando a pesar de la corriente materializada de la globalización.
Será cierto, como dice el autor de una reflexión, que la ¿sociedad de consumo nos está robando la Navidad? Y que entre tantos adornos extraños, han marginado a Cristo, ¿han reelaborado la Navidad sin Cristo Jesús?
¿Qué hacer queridos hermanos? Nosotros los laicos, lo primero que tenemos que hacer es, “no pisar el palito” de la tentación de la publicidad comercial que nos involucra en esta ilusión de las luces de colores y carteles electrónicos que nos contagian para comprar y comprar.
Lo segundo: bajo la dirección de nuestros pastores, debemos trabajar decididamente para evangelizar de manera especial, a los hogares y realimentar la fe de nuestras familias católicas, para que sigan viviendo auténticamente la Navidad.
La experiencia de las posadas navideñas, trabajo de la Misión Arquidiocesana, que el año pasado se formaron en los diferentes sectores de las jurisdicciones parroquiales, en las que las familias reunidas reflexionaron en base a la palabra de Dios, a los temas del Adviento y la Navidad y que concluyeron con la asistencia de las familias a la Misa de Nochebuena o “de Gallo”, como popularmente se conoce, fue una buena experiencia positiva de acción misionera.
Estamos en diciembre y nuevamente las familias viven esta experiencia de las Posadas Navideñas, como Fiesta del Encuentro en el amor de Dios y con todos como familia de Dios. Ellas está preparando los llamados “Belenes o Nacimientos” que serán el centro de la reunión de padres e hijos, y que junto al misterio de la Sagrada Familia, eleven sus oraciones a Dios, fortaleciendo la unión, el amor familiar y vivan la Nochebuena al calor del Belén de Jesús.
Con el corazón y el espíritu limpios y en paz por medio del sacramento de la Penitencia, recibamos el mejor regalo que Jesús nos ha traído del Cielo: La Eucaristía, su Cuerpo y Sangre Sacramentados. ¡ El mejor manjar que ha bajado del Cielo, elaborado con la ternura de Dios! Con este alimento ¡Nos basta y nos sobra!. Recibámoslo en la Misa de Navidad.
Por eso, digamos hermanos: con regalos o sin regalos materiales, seguimos siendo reyes con Jesucristo, Rey de la Humanidad.
Familias Cristianas:
¡FELIZ CUMPLEAÑOS DE JESÚS! ¡FELIZ NAVIDAD!


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