domingo, 30 de mayo de 2010

Corpus Christi (6-6-2010)

Tiempo Ordinario

"Dadles vosotros de comer"

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Introducción

Tras el Ciclo Pascual, la liturgia nos conduce hacia dos solemnidades con solera: la Trinidad y el Corpus. La primera nos hace celebrar el misterio del Dios cristiano, Uno y Trino. La segunda, la que estamos introduciendo, es de tenor Eucarístico: desea que el Pueblo de Dios tome conciencia del significado de la presencia de Jesucristo en la misa. Lejos de las controversias teológicas de un tiempo, origen de la fiesta, y de las proyecciones catequéticas-visuales posteriores frente a interpretaciones unilaterales de esta presencia, el Corpus es una oportunidad para captar todas las dimensiones del estar dinámico y transformador de Jesucristo en la celebración cristina por excelencia. Esta presencia, además, tiene una clara finalidad: la comunión personal y comunitaria de Cristo con los suyos. Para ello, el Señor, por medio del Espíritu, transforma la realidad del pan y del vino. La comunión real y sacramental, así propiciada, alcanza su objetivo último, trasformar a la comunidad que celebra en aquel a quien recibe. De este modo, La Comunidad que celebra, hecha cuerpo de Cristo por el banquete eucarístico, queda edificada y renovada en su ser y lanzada en su misión evangelizadora. Todo un proyecto cristiano.


Ver la presentación animada de las lecturas


Comentario bíblico

Iª Lectura: Génesis (14,18-20): Un culto sencillo y original

I.1. Todos los textos ancestrales de AT tienen algo especial en la tradiciones de Israel, hasta el punto de poder considerar que un texto como el de Melquisedec podría ser una campaña militar, antigua, en la que se ha querido ver que los grandes, en este caso el rey de Salem, también ha querido ponerse a los pies del padre del pueblo, de Abrahán. Con los gestos del pan y el vino que se ofrecen, las cosas más naturales de la tierra, el rey misterioso le otorga a Abrahán un rango sagrado, casi de rey-sacerdote. Será en este sentido cómo la carta a los Hebreos c. 7,1-10 se permitirá hacer una lectura nueva de Jesucristo, de su sacerdocio no-dinástico, absolutamente distinto y original, que no tiene parangón como el sacerdocio ministerial. En el mismo sentido lo había ya intuido el Sal 110,4. Se ha discutido mucho sobre quién es este personaje, incluso tenemos un texto en Qumrán (11Q) que lo ve como un ser celeste.

I.2. El valor, pues, de nuestro texto es que sirve como plataforma teológica para un sentido nuevo y una actualización de la religión inaugurada por la vida de Cristo. El hecho de que en esa ofrenda de Melquisedec no se usen animales, sino las cosas sencillas de la tierra, apunta a una dimensión ecológica y personalista. Jesús, antes de morir, ofrecerá su vida ¡tal como suena! en un poco de pan y en un poco de vino. No hacía falta más que la intención misma de entregarse, de donarse, de “pro-existir” para los demás. Con ello se alza una protesta radical contra un culto de sacrificios de animales que no lleva a ninguna parte. Es la vida de Dios y de los hombres la que tiene que estar en comunión. El ser humano se fascina ante lo divino y deja de ser humano muchas veces, pero la “comunión vital” entre Dios y la humanidad no tiene por qué esclavizarnos a un culto externo y a veces inhumano. Porque lo que es inhumano, es antidivino.

I.3. En realidad es todo el texto de Heb 7 el que puede generar una lectura interesante en una fiesta como hoy. Quizás muchos hubieran preferido otro texto para esta fiesta. Pero debemos reconocer que la intención de la elección litúrgica del mismo se explica porque el gesto de Melquisedec es como un signo anticipado de los gestos del pan y el vino de Jesús en la última cena con sus discípulos. Se ha hablado que la intención del autor de la carta a los Hebreos era mostrar que el sacerdocio de Cristo, a imagen de Melquisedec, logra una verdadera “téléiôsis”, que se puede traducir de muchas formas, como “perfección” o incluso como “transformación”. Preferimos esto último, porque Jesús, con su vida, con sus palabra, con sus gestos, transforma una religión de culto sacrificial de animales, en una verdadera donación de vida, para introducirnos en la vida misma de Dios.

IIª Lectura: Primera Corintios (11,23-26): La tradición del Señor es vida

II.1. El cristianismo primitivo tuvo que hacerse “recibiendo” tradiciones del Señor. Pablo, que no lo conoció personalmente, le da mucha importancia a unas pocas que ha recibido. Y una de esas tradiciones son las palabras y los gestos de la última cena. Porque el apóstol sabía lo que el Vaticano II decía, que “la Iglesia se realiza en la Eucaristía”. Todos debemos reconocer que aquella noche marcaría para siempre a los suyos. Cuando la Iglesia intentaba un camino de identidad distinto del judaísmo, serán esos gestos y esas palabras las que le ofrecerá la oportunidad de cristalizar en el misterio de comunión con su Señor y su Dios. Esta tradición “recibida”, según la mayoría de los especialistas, pertenece a Antioquía (como en Lc 22,19-20), donde los seguidores de Jesús “recibieron” por primera vez el nombre de “cristianos”. Un poco distinta es la de Jerusalén (Mc y Mt).

II.2. Los gestos del Señor Jesús eran los que se hacían en cualquier comida judía; incluso si fue un cena pascual, lo que se hacía en aquella fiesta de recuerdo impresionante. Pero lo importante son las “palabras” y el sentido que Jesús pone en los gestos. Jesús, en la noche “en que iba a ser entregado”, se “entregó” él a los suyos. El término es elocuente. En los relatos de la pasión aparece frecuentemente este “entregar”. No obstante lo verdaderamente interesante es que antes de que lo entregaran a la muerte y le quitaran la vida, él la ofreció, la entregó, la donó a los suyos en el pan y en el vino, de la forma más sencilla y asombrosa que se podía alguien imaginar.

II.3. ¿Por qué se ha proclamar la muerte del Señor hasta su vuelta? ¿Para recordar la ignominia y la violencia de su muerte? ¿Para resaltar la dimensión sacrificial de nuestra redención? ¿Para que no se olvide lo que le ha costado a Jesús la liberación de la humanidad? Muchas cosas, con los matices pertinentes, se deben considerar al respecto. Tienen el valor de la memoria “zikarón” que es un elemento antropológico imprescindible de nuestra propia historia. No hacer memoria, significa no tener historia. Y la Iglesia sabe que “nace” de la muerte de Jesús y de su resurrección. No es simplemente memoria de un muerto o de una muerte ignominiosa, o de un sacrificio terrible. Es “memoria” (zikarón) de vida, de entrega, de amor consumado, de acción profética que se adelanta al juicio y a la condena a muerte de las autoridades; es memoria de su vida entera que entrega en aquella noche con aquellos signos proféticos sin media. Precisamente para que no se busque la vida allí donde solamente hay muerte y condena. Es, por otra parte y sobre todo, memoria de resurrección, porque quien se dona en la Eucaristía de la Iglesia, no es un muerto, ni repite su muerte gestualmente, sino el Resucitado.

Evangelio: Lucas (9, 11-17): La Eucaristía, experiencia del Reino de Dios

III.1. Lucas ha presentado la multiplicación de los panes como una Eucaristía. En este sentido podemos hablar que este gesto milagroso de Jesús ya no se explica, ni se entiende, desde ciertos parámetros de lo mágico o de lo extraordinario. Los cinco verbos del v. 16: “tomar, alzar los ojos, bendecir, partir y dar”, denotan el tipo de lectura que ha ofrecido a su comunidad el redactor del evangelio de Lucas. Quiere decir algo así: no se queden solamente con que Jesús hizo un milagro, algo extraordinario que rompía las leyes de la naturaleza (solamente tenían cinco panes y dos peces y eran cinco mil personas). Por tanto, ya tenemos una primera aproximación. Por otra parte, es muy elocuente cómo se introduce nuestro relato: los acogía, les hablaba del Reino de Dios y los curaba de sus males (v.11). E inmediatamente se desencadena nuestra narración. Por tanto la “eucaristía” debe tener esta dimensión: acogida, experiencia del Reino de Dios y curación de nuestra vida.

III.2. Sabemos que el relato de la multiplicación de los panes tiene variantes muy señaladas en la tradición evangélica: (dos veces en Mateo: 14,13-21;15,32-39); (dos en Marcos: 6,30-44; 8,1-10); (una en Juan, 6,1-13) y nuestro relato. Se ha escogido, sin duda, para la fiesta del Corpus en este ciclo por ese carácter eucarístico que Lucas nos ofrece. Incluso se apunta a que todo ocurre cuando el día declinaba, como en el caso de los discípulos de Emaús (24,29) que terminó con aquella cena prodigiosa en la que Jesús resucitado realiza los gestos de la última Cena y desaparece. Pero apuntemos otras cosas. Jesús exige a los discípulos que “ellos les den de comer”; son palabras para provocar, sin duda, y para enseñar también. El relato, pues, tiene de pedagógico tanto como de maravilloso.

III.3. La Eucaristía: acogida, experiencia del Reino y curación de nuestra vida. Deberíamos centrar la explicación de nuestro texto en ese sumario introductorio (v. 11), que Lucas se ha permitido anteponer a la descripción de la tradición que ha recibido sobre una multiplicación de los panes. Si la Eucaristía de la comunidad cristiana no es un misterio de “acogida”, entonces no haremos lo que hacía Jesús. Muchas personas necesitan la “eucaristía” como misterio de acogida de sus búsquedas, de sus frustraciones, de sus anhelos espirituales. No debe ser, pues, la “eucaristía” la experiencia de una élite de perfectos o de santos. Si fuera así muchas se quedarían fuera para siempre. También debe ser “experiencia del Reino”; el Reino anunciado por Jesús es el Reino del Padre de la misericordia y, por tanto, debe ser experiencia de su Padre y nuestro Padre, de su Dios y nuestro Dios. Y, finalmente, “curación” de nuestra vida, es decir, experiencia de gracia, de encuentro de fraternidad y de armonía. Muchos vienen a la eucaristía buscando su “curación” y la Iglesia debe ofrecérsela, según el mandato mismo de Jesús a los suyos, en el relato: “dadles vosotros de comer”.

III.4. Son posible, desde luego, otras lecturas de nuestro texto de hoy. No olvidemos que en el sustrato del mismo se han visto vínculos con la experiencia del desierto y el maná (Ex 16) o del profeta Eliseo y sus discípulos (2Re 4,42-44). Y además se ha visto como un signo de los tiempos mesiánicos en que Dios ha de dar a su pueblo la saciedad de los dones verdaderos (cf Ex 16,12; Sal 22,27; 78,29; 132, 15; Jr 31,14). De ahí que nos sea permitido no esclavizarse únicamente a un tipo de lectura exclusivamente cultual envejecida. El Oficio de la liturgia del Corpus que, en gran parte, es obra de Sto. Tomás de Aquino, nos ofrece la posibilidad de tener presente estos aspectos y otros más relevantes si cabe. La Eucaristía, sacramento de Cuerpo y la Sangre de Señor, debe ser experiencia donde lo viejo es superado. Por eso, la Iglesia debe renovarse verdaderamente en el misterio de la Eucaristía, donde la primitiva comunidad cristiana encontró fuerzas para ir rompiendo con el judaísmo y encontrar su identidad futura.

Fray Miguel de Burgos NúñezFray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

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Pautas para la homilía

La frase de Jesús dirigida a sus discípulos en el evangelio de hoy, “dadles vosotros de comer”, además de sobrecoger por la responsabilidad que implica, centra muy bien el tema de la solemnidad del día del Corpus: la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Jesús confía abiertamente a los suyos la tarea de alimentar a la gente, aunque el relato lucano de la multiplicación deja muy claro que el alimento que sacia el hambre de la multitud brota de la acción generosa y sorprendente del Señor. Con todo, al final, el pan multiplicado, tal y como deseaba Jesús, llega a la gente distribuido por medio de los discípulos.

Hambre y pan. Necesidad y satisfacción. Acción de Dios y acción humana. Acción de Cristo y acción de la Iglesia se avanzan como claves para entender el evangelio de la multiplicación y adentrarse en la fiesta del Corpus.

A la luz de la revelación bíblica, sobre todo cuando se considera el acontecimiento de la encarnación, se vislumbra nítidamente que los cristianos no somos ni dualistas, ni demagogos. El ser humano está constituido por una unidad psicosomática en la que, aunque podamos distinguir lo corpóreo y lo espiritual, en modo alguno se han de separar. La acción salvífica que Jesús hizo presente con su palabra y su actuación se refiere siempre a la totalidad de lo que es la persona humana. El Maestro de Nazaret, como sabemos, buscaba sanar al hombre entero, sin reduccionismos de ningún tipo. Según esto, y regresando a nuestro evangelio, no sería correcto hacer de la multiplicación de los panes una lectura espiritualista que presentara el pan como un alimento celeste para el alma desencarnada de la gente; en la misma línea, tampoco haría justicia a la verdad considerar este relato desde una perspectiva meramente social o política. Más bien, lo adecuado sería descubrir y enseñar la armonía de ambas posibilidades, puesto que tan solo el alimento que nutre la integridad de lo que es el ser humano puede salvar y madurar a la persona. Expresado de otra forma, la acción pastoral correcta que se deduce del pasaje de Lucas que comentamos, derivada en lo concreto de la palabra de Jesús “dadles de vosotros de comer” y de la distribución del pan a la gente por parte de los discípulos tras la acción del Señor, es aquella que atienda, simultáneamente, el hambre física y el hambre espiritual de la gente. La corrección fraterna que Pablo dirige a los cristianos de Corinto en torno a su peculiar y sangrante manera de celebrar la Cena del Señor, (corrección que provoca el recuerdo del relato de la institución, que recibiera y transmitiera, 2º lectura) es nítido y muy oportuno: la injusticia en el pan material es incompatible con el sentido de la eucaristía cristiana.

Avanzando en la misma línea, en la medida en que el evangelio de la multiplicación tiene un sentido eucarístico, y que, por eso, es propuesto por la Iglesia para iluminar la celebración del Corpus, es lícito subrayar la idea de que la presencia eucarística de Cristo, real y sacramental, presencia humanizante y salvadora, persigue la comunión vivificadora y salvadora con la integridad de lo que es la persona. Por consiguiente, el pan y el vino eucarísticos, convertidos en Jesucristo, tal y como el Corpus pone de relieve, son un alimento que nutre y sacia la totalidad de lo que somos los humanos. En suma, sólo Jesucristo, hombre y Dios, pan de vida, puede colmar satisfactoriamente las hambres y las necesidades de las personas.

Lo que enseña la teología eucarística a este respecto nos puede resultar de ayuda. La presencia de Cristo en la eucaristía es una presencia real y total de Cristo, pero siempre en el sacramento, en los signos. En esta presencia, la realidad transformada de las especies del banquete no destruye para nada el aspecto de alimento físico y humano del pan y el vino, al contrario, la permanencia de la materialidad de los elementos, más bien, propicia y expresa la nueva dimensión del alimento del que Jesucristo se apropia. En este alimento, lo material y mundano, lo humano, lo espiritual y trascendente se reconcilian misteriosamente. La totalidad de Jesucristo, pues, acontece en la mediación sacramental, sumándose el sentido de alimento espiritual al físico y antropológico para, a la postre, llegar a ser el verdadero alimento que hace presente, y al mismo tiempo conduce, a la vida eterna.

Además no hemos de olvidar otro dato. La presencia de Cristo en la eucaristía tiene una intención: busca el encuentro, la comunión con la comunidad celebrante y con cada uno de sus integrantes. La finalidad última de la transformación de la realidad de las especies eucarísticas, por parte del Señor, es la de poder entrar en lo más profundo de cada uno de los cristianos reunidos en la fracción del pan; ¿para qué?, para transformarlos en él, para hacerse uno con ellos. Dicho de otra manera, la conversión más importante que Cristo realiza en la eucaristía no es de cosas (pan y vino), sino de personas; o, mejor todavía, de cosas para llegar a convertir en Cristo a los que entran en comunión con él por medio del pan y del vino transformados. En efecto, aunque no siempre sea lo que más destacamos, la eucaristía ofrece la oportunidad de que los participantes, que son Cristo por el bautismo, alimentados de Cristo en la comunión, se conviertan en quien reciben y actúen conforme a quienes son. De este modo, la presencia eucarística remite a la vida cristiana y muestra que la Cena del Señor es una auténtica escuela cristiana.

Después de estas reflexiones se entenderá mejor que Jesús, en el evangelio de hoy, invite a sus discípulos a dar de comer a le gente y a distribuir el pan bendecido. Hay aquí una clara analogía eucarística. Sólo la comunidad que se alimenta de Cristo, pan de vida, puede cumplir el encargo misionero del Maestro y entregar el pan sustancial y verdadero a la gente. Jesús ha dejado a los suyos la eucaristía como legado de su presencia, del mismo modo que les ha confiado una misión. Este misión es la de hacer llegar la salvación a todos sin excepción; y la salvación consiste en que Cristo se “todo en todas las cosas”, la comunión total con Él. La celebración de la eucaristía actualiza esta misión y la empuja.

Si lo que hemos dicho posee algún sentido, el “dadles vosotros de comer” del evangelio, hay que leerlo en sintonía con la tradición que Pablo recibiera y que recuerda a la comunidad de Corinto en la segunda lectura. El Jesús que se nos da como alimento en la Eucaristía, sostiene el ser de la comunidad eclesial (“haced esto en memoria mía”) que, a su vez, transformada en lo que recibe (cuerpo de Cristo) entrega, dándose, lo que ha recibido tanto en la celebración eucarística como en la misión.

“Dadles vosotros de comer”, ¡qué responsabilidad tan misionera nos ha dejado Jesús en la eucaristía!

Fr.  Vicente Botella Cubells O.P.Fr. Vicente Botella Cubells O.P.
Casa de San Alberto Magno (Valencia)

jueves, 27 de mayo de 2010

Corpus Christi en Trujillo


Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía. 03 de junio de 2010

Jueves de Corpus Christi
Jueves de Corpus Chr

Explicación de la fiesta

Corpus Christi es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía.

Este día, recordamos la institución de la Eucaristía, que se llevó a cabo el Jueves Santo, durante la Última Cena al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.

Es una fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos ha hecho, movido por su querer quedarse con nosotros después de la Ascensión.

Origen de la fiesta:

Dios utilizó a santa Juliana de Mont Cornillon para propiciar esta fiesta. La santa nace en Retines cerca de Liège, Bélgica en 1193. Quedó huérfana muy pequeña y fue educada por las monjas Agustinas en Mont Cornillon. Cuando creció, hizo su profesión religiosa y más tarde fue superiora de su comunidad. Por diferentes intrigas tuvo que irse del convento. Murió el 5 de abril de 1258, en la casa de las monjas Cistercienses en Fosses y fue enterrada en Villiers.

Juliana, desde joven, tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre añoraba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haberse intensificado por una visión que ella tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad.

Ella le hizo conocer sus ideas a Roberto de Thorete, el entonces obispos de Liège, también al docto Dominico Hugh, más tarde cardenal legado de los Países Bajos; a Jacques Pantaleón, en ese tiempo archidiácono de Liège, después obispo de Verdun, Patriarca de Jerusalén y finalmente al Papa Urbano IV. El obispo Roberto se impresionó favorablemente y como en ese tiempo los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, invocó un sínodo en 1246 y ordenó que la celebración se tuviera el año entrante; también el Papa ordenó, que un monje de nombre Juan debía escribir el oficio para esa ocasión. El decreto está preservado en Binterim (Denkwürdigkeiten, V.I. 276), junto con algunas partes del oficio.

El obispo Roberto no vivió para ver la realización de su orden, ya que murió el 16 de octubre de 1246, pero la fiesta se celebró por primera vez por los cánones de San Martín en Liège. Jacques Pantaleón llegó a ser Papa el 29 de agosto de 1261. La ermitaña Eva, con quien Juliana había pasado un tiempo y quien también era ferviente adoradora de la Santa Eucaristía, le insistió a Enrique de Guelders, obispo de Liège, que pidiera al Papa que extendiera la celebración al mundo entero.

Urbano IV, siempre siendo admirador de esta fiesta, publicó la bula “Transiturus” el 8 de septiembre de 1264, en la cual, después de haber ensalzado el amor de nuestro Salvador expresado en la Santa Eucaristía, ordenó que se celebrara la solemnidad de “Corpus Christi” en el día jueves después del domingo de la Santísima Trinidad, al mismo tiempo otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la santa misa y al oficio. Este oficio, compuesto por el doctor angélico, Santo Tomás de Aquino, por petición del Papa, es uno de los más hermosos en el breviario Romano y ha sido admirado aun por Protestantes.

La muerte del Papa Urbano IV (el 2 de octubre de 1264), un poco después de la publicación del decreto, obstaculizó que se difundiera la fiesta. Pero el Papa Clemente V tomó el asunto en sus manos y en el concilio general de Viena (1311), ordenó una vez más la adopción de esta fiesta. Publicó un nuevo decreto incorporando el de Urbano IV. Juan XXII, sucesor de Clemente V, instó su observancia.

Ninguno de los decretos habla de la procesión con el Santísimo como un aspecto de la celebración. Sin embargo estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV y se hicieron bastante comunes en a partir del siglo XIV.

La fiesta fue aceptada en Cologne en 1306; en Worms la adoptaron en 1315; en Strasburg en 1316. En Inglaterra fue introducida de Bélgica entre 1320 y 1325. En los Estados Unidos y en otros países la solemnidad se celebra el domingo después del domingo de la Santísima Trinidad.

En la Iglesia griega la fiesta de Corpus Christi es conocida en los calendarios de los sirios, armenios, coptos, melquitas y los rutinios de Galicia, Calabria y Sicilia.

El Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad, y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos. En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y resurección de Nuestro Señor Jesucristo.

Fuente: www.corazones.org

El milagro de Bolsena

En el siglo XIII, el sacerdote alemán, Pedro de Praga, se detuvo en la ciudad italiana de Bolsena, mientras realizaba una peregrinación a Roma. Era un sacerdote piadoso, pero dudaba en ese momento de la presencia real de Cristo en la Hostia consagrada. Cuando estaba celebrando la Misa junto a la tumba de Santa Cristina, al pronunciar las palabras de la Consagración, comenzó a salir sangre de la Hostia consagrada y salpicó sus manos, el altar y el corporal.

El sacerdote estaba confundido. Quiso esconder la sangre, pero no pudo. Interrumpió la Misa y fue a Orvieto, lugar donde residía el Papa Urbano IV.
El Papa escuchó al sacerdote y mandó a unos emisarios a hacer una investigación. Ante la certeza del acontecimiento, el Papa ordenó al obispo de la diócesis llevar a Orvieto la Hostia y el corporal con las gotas de sangre.

Se organizó una procesión con los arzobispos, cardenales y algunas autoridades de la Iglesia. A esta procesión, se unió el Papa y puso la Hostia en la Catedral. Actualmente, el corporal con las manchas de sangre se exhibe con reverencia en la Catedral de Orvieto.

A partir de entonces, miles de peregrinos y turistas visitan la Iglesia de Santa Cristina para conocer donde ocurrió el milagro.

En Agosto de 1964, setecientos años después de la institución de la fiesta de Corpus Christi, el Papa Paulo VI celebró Misa en el altar de la Catedral de Orvieto. Doce años después, el mismo Papa visitó Bolsena y habló en televisión para el Congreso Eucarístico Internacional. Dijo que la Eucaristía era “un maravilloso e inacabable misterio”.

Tradiciones mexicanas de Corpus Christi

Esta fiesta tradicional data del año 1526. Se acostumbra rendir culto al Santísimo Sacramento en la Catedral de México. El centro de la festividad era la celebración solemne de la Misa, seguida de una imponente procesión que partía del Zócalo, en la que la Sagrada Eucaristía, portada por el arzobispo bajo palio, era escoltada por autoridades virreinales, cabildo, cofradías, ejército, clero y pueblo. Había también representaciones teatrales alusivas, música y vendimia especial.

Los campesinos traían en sus mulas algunos frutos de sus cosechas para ofrecérselas a Dios como señal de agradecimiento. Esto dio origen a una gran feria que congregaba artesanos y comerciantes de distintos rumbos del país, que traían mercancías a lomo de mula (frutos de la temporada y artesanías que transportaban en guacales).

Cuentan que un hombre, llamado Ignacio, tenía dudas acerca de su vocación sacerdotal y un jueves de Corpus le pidió a Jesucristo que le enviara una señal. Al Pasar el Santísimo Sacramento frente a Ignacio en la procesión, Ignacio pensó: "Si ahí estuviera presente Dios, hasta las mulas se arrodillarían" y, en ese mismo instante, la mula del hombre se arrodilló. Ignacio interpretó esto como señal y entregó su vida a Dios en el sacerdocio y se dedicó para siempre a transmitir a los demás las riquezas de la Eucaristía.

Así fue como surgieron las mulitas elaboradas con hojas de plátano secas con pequeños guacales de dulces de coco o de frutas, de diversos tamaños.
Ponerse una mulita en la solapa o comprar una mulita para adornar la casa, significa que, al igual que la mula de Ignacio, nos arrodillamos ante la Eucaristía, reconociendo en ella la presencia de Dios.

Esta fiesta se celebra cada año el jueves después de la Santísima Trinidad. Se lleva a cabo en la Catedral y los niños se visten de inditos para agradecer la infinita ternura de Jesús. Se venden mulitas con gran colorido.

Si deseas compartir con nosotros alguna tradición de Corpus Christi de tu país escríbenos

Diversas maneras de celebrar esta fiesta

Participar en la procesión con el Santísimo

La procesión con el Santísimo consiste en hacer un homenaje agradecido, público y multitudinario de la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Se acostumbra sacar en procesión al Santísimo Sacramento por las calles y las plazas o dentro de la parroquia o Iglesia, para afirmar el misterio del Dios con nosotros en la Eucaristía.
Esta costumbre ayuda a que los valores fundamentales de la fe católica se acentúen con la presencia real y personal de Cristo en la Eucaristía.

La Hora Santa

Es una manera práctica y muy bella de adorar a Jesús Sacramentado. El Papa Juan Pablo II la celebra, al igual que la mayoría de las Parroquias de todo el mundo, los jueves al anochecer, para demostrar a Cristo Eucaristía amor y agradecimiento y reparar las actitudes de indiferencia y las faltas de respeto que recibe de uno mismo y de los demás hombres.

Consiste en realizar una pequeña reflexión evangélica, en presencia de Jesús Sacramentado y, al final, se rezan unas letanías especiales para demostrarle a Jesús nuestro amor.

Se puede celebrar de manera formal con el Santísimo Sacramento solemnemente expuesto en la custodia, con incienso y con cantos, o de manera informal con la Hostia dentro del Sagrario. Cualquiera de las dos maneras agrada a Jesús.
Se inicia con la exposición del Santísimo Sacramento o, en su defecto, con una oración inicial a Jesucristo estando todos arrodillados frente al Sagrario.

A continuación, se procede a la lectura de un pasaje del Evangelio y al comentario del mismo por parte de alguno de los participantes.
Luego, se reflexiona adorando a Jesús, Rey del Universo, en la Eucaristía.

Se termina con las invocaciones y las letanías correspondientes y, en el caso de que la Hora Eucarística se haya hecho delante del Santísimo solemnemente expuesto, el sacerdote da la bendición con el Santísimo; en caso contrario, se finaliza la Hora Santa con una plegaria conocida de agradecimiento.

Recordar en familia lo que es la Eucaristía


  1. ¿Qué es la Eucaristía?
    La Eucaristía es uno de los siete Sacramentos. Nos recuerda el momento en el que el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. Éste es el alimento del alma. Así como nuestro cuerpo necesita comer para vivir, nuestra alma necesita comulgar para estar sana. Cristo dijo: "El que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día."

  2. ¿En qué nos ayuda la Eucaristía?

    Todos queremos ser buenos, ser santos y nos damos cuenta de que el camino de la santidad no es fácil, que no bastan nuestras fuerzas humanas para lograrlo. Necesitamos fuerza divina, de Jesús. Esto sólo será posible con la Eucaristía. Al comulgar, nos podemos sentir otros, ya que Cristo va a vivir en nosotros. Podremos decir, con San Pablo: "Vivo yo, pero ya no soy yo, sino Cristo quien vive en mí."

  3. ¿En qué parte de la Misa se realiza la Eucaristía?

    Después de rezar el Credo, se llevan a cabo: el ofertorio, la consagración y la comunión.
    Ofertorio: Es el momento en que el sacerdote ofrece a Dios el pan y el vino que serán convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Nosotros podemos ofrecer, con mucho amor, toda nuestra vida a Dios en esta parte de la Misa.
    Consagración: Es el momento de la Misa en que Dios, a través del sacerdote, convierte el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. En este momento nos arrodillamos como señal de amor y adoración a Jesús, Dios hecho hombre, que se hace presente en la Eucaristía.
    Comunión: Es recibir a Cristo Eucaristía en nuestra alma, lo que produce ciertos efectos en nosotros:

    1. nos une a Cristo y a su Iglesia,
    2. une a los cristianos entre sí,
    3. alimenta nuestra alma,
    4. aumenta en nosotros la vida de gracia y la amistad con Dios,
    5. perdona los pecados veniales,
    6. nos fortalece para resistir la tentación y no cometer pecado mortal.


  4. ¿Qué condiciones pone la Iglesia para poder comulgar?

    La Iglesia nos pide dos condiciones para recibir la comunión:

    1. Estar en gracia, con nuestra alma limpia todo pecado mortal.
    2. Cumplir el ayuno eucarístico: no comer nada una hora antes de comulgar.


  5. ¿Cada cuánto puedo recibir la Comunión Sacramental?

    La Iglesia recomienda recibir la Comunión siempre que vayamos a Misa. Es obligación recibir la Comunión, al menos, una vez al año en el tiempo de Pascua, que son los 50 días comprendidos entre el Domingo de Resurrección y el Domingo de Pentecostés.

  6. ¿Qué hacer después de comulgar?

    Se recomienda aprovechar la oportunidad para platicarle a Dios, nuestro Señor, todo lo que queramos: lo que nos alegra, lo que nos preocupa; darle gracias por todo lo bueno que nos ha dado; decirle lo mucho que lo amamos y que queremos cumplir con su voluntad; pedirle que nos ayude a nosotros y a todos los hombres; ofrecerle cada acto que hagamos en nuestra vida.

  7. ¿Qué hacer cuando no se puede ir a comulgar?

    Se puede llevar a cabo una comunión espiritual. Esto es recibir a Jesús en tu alma, rezando la siguiente oración:

    "Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar.
    Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma,
    pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente,
    ven al menos espiritualmente a mi corazón.
    Quédate conmigo y no permitas que me separe de ti.
    Amén"

jueves, 20 de mayo de 2010

INVITACION A PERTENECER A LA HERMANDAD DEL SENOR DE LOS MILAGROS DE TRUJILLO



LA COMUNIDAD DE PADRES DOMINICOS


HERMANDAD SENOR DE LOS MILAGROS DE TRUJILLO


SEMINARIO VIDA EN EL ESPIRITU





PARA TODOS LOS HERMANOS QUE HAN PERTENECIDO, PERTENECEN Y DESEAN PERTENECER A NUESTRA QUERIDA HERMANDAD.

TODOS LOS DIAS DOMINGOS, A PARTIR DE MAYO

HORA: 9:OO AM a 12:00 M

LUGAR: PARROQUIA SAN PEDRO MARTIR DE VERONA

(TEMPLO SANTO DOMINGO DE GUZMAN)
SEGUNDO PISO -

INGRESO POR LA CALLE BOLOGNESI

miércoles, 19 de mayo de 2010

CRISIS DE VALORES


Contenido

  • Introducción

  • La Crisis de los valores en nuestra sociedad

  • Causas y consecuencias de las perdidas de los valores.

  • El vacío de los valores en las personas

  • La Educación de los valores en la familia

  • Los valores que debemos fomentar

  • Opiniones Personales

  • Conclusión

Introducción

El tema que trataremos a continuación es sobre las perdidas de los valores. Es un tema de gran importancia ya que en hacemos referencias de las causas, consecuencias y de la forma de fomentar los valores en nuestras vidas y en la sociedad.

Nuestro propósito en este tema, es que al leerlo podamos aprender a llevar nuestros valores. Y también que los demás puedan aprender la importancia de este tema.

Otro de nuestro propósito es que se pueda proporcionar una toma de conciencia y estudio de los propios valores y de las instituciones en las que estudiosos se desenvuelven.

La Crisis de los valores en nuestra sociedad

El ingenuo optimismo en el progreso y la evolución del ser humano, alimentado sobre todo en los años de la Ilustración, ha dejado de tener sentido. Muy al contrario el tipo de sociedad, el modo de vivir de nuestra sociedad postmoderna, no parece promover la vida feliz sino una vida cómoda aunque carezca de sentido.

Apuntado ya ha lo compleja que resulta la realización práctica de las metas que cada uno acepta para sí en el curso de la vida. Pero el factor decisivo de complicación es el entramado social en abierto conflicto de valores.

Hay una conflictividad que es interior a la persona. Hay una conflictividad que es social y una conflictividad cristiana. Hay una conflictividad entre los cristianos y la sociedad, entre los valores sociales de uno y otro grupo y dentro del mismo hombre.

Conflictividad Interior: La descripción mas adecuada para esta crisis interior estimo que es la perplejidad.

Perplejidad Personal: Desde la frustración y la despersonalización, nada es posible ante esta sociedad opresora y alienante. Hay que rendirse. Somos llevados en el curso de la vida; nos limitamos a buscar el mejor acomodo para no ser triturado por la máquina social. No tiene sentido, es peligroso afirmarnos frente a ella. Una muestra elocuente es el proceso que lleva a muchos jóvenes de las escuela al paro y de ahí a la evasión drogada o delincuente, a los mayores al materialismo y a la deshumanización.

Perplejidad personal por la existencia de una presión social estructural que crea un marco normativo inapelable, y exige sumisión automática en nombre de la eficiencia del conjunto. Lo cual supone la presión por disfuncional de cualquier ámbito de experimentación ética, de búsqueda de nuevas salidas o valores, originales y libres. Y todo esto compatibilizado a la fuerza con la exaltación formal de la iniciativa personal. El mundo de las mil posibilidades... mermadas.

Perplejidad personal provocada por una pluralidad inabarcable. Pluralidad de significados aun en el contenido de los valores o realidades más originarias. Hablamos con las mismas palabras de los mismos significantes y escondemos así la multiplicidad de significados.

¿Qué significa para cada uno de nosotros trabajo, honradez, diversión, dinero, laboriosidad, ahorro, familia, hijo, pareja.....?

Muchos de estos valores entrañan realidades divergentes y contradictorias. Tenemos que reconquistar el sentido más autentico y genuino de las palabras.

El hombre de hoy contempla en su conciencia una gran vacío de valores, no es posible separar la crisis de valores de la crisis social. Cualquier reajuste social y mucho más un cambio social, implica siempre un reflejo en el sistema de valores. Los cambios sociales acaecidos en el último cuarto de siglo son tan radicales que se puede hablar de una metamorfosis social y cultural.

El desfallecimiento de la regulación interior de la conducta se sitúa en el origen de muchos comportamientos desviados entre lo que cabe destacar las toxicomanías, ciertos tipos de delincuencia, e incluso la disociación familiar.

Causas y Consecuencia de las perdidas de los valores


Causas:

  • La desintegración y los conflictos familiares

  • Los divorcios

  • La situación económica

  • Deserción escolar

  • Desobediencia

  • Drogadicción

Consecuencias:

  • Surgimiento de bandas

  • Prostitución

  • Embarazos prematuros y no deseados

  • Robos

  • Transculturación

  • Abortos en jóvenes a temprana edad

  • Relaciones sexuales promiscuas

EL VACÍO DE LOS VALORES EN LAS PERSONAS

Tal vez la razón fundamental del vacío de los valores que constatamos no sea otra que el haber condenado al sentimiento a un papel secundario en nuestro trato con los hombres y las cosas. Valores sigue habiendo puesto que algo tiene que orientar las preferencias y elecciones de los humanos. Pero son valores fácticos llamados “valores de mercado”, lo cual no distingue entre lo categóricamente bueno o malo, ni entre lo justo o lo injusto. El valor añadido a la cola no por lo que vale en sí, sino por la ganancia.

Nunca los valores fueron tan mudables, tan dependientes de intereses extraños a las cosas mismas, sujetos a modas y caprichos imprevisibles. Aristóteles critica en la “Política”, al idealista Platón por que este había diseñado una republica ideal en la que no caben ni el afecto, no la propiedad; los únicos sentimientos -explica Aristóteles- capaces de mover a los seres humanos.

Los ciudadanos deben tener propiedades, casa, tierra, familia y, además, deben cultivar la amistad entre ellos, puesto que la virtud de la justicia es suficiente para mantener una cohesión sólida y satisfactoria entre los actores de la política. La justicia conseguirá resultados escasos si no se complementa con la virtud de la amistad. Los sentimientos son imprescindibles. El comunismo, la comunidad de bienes es estéril: no produce apoyo, ni afecto, neutraliza el sentimiento.

Sin embargo, a lo largo de la historia del pensamiento la función de lo sensible en el comportamiento se creía que relativizaba a los valores y así los convirtió en algo inaccesible. Si hay algún filósofo que ha apostado por la teoría de los valores es sin duda Max Scheler quien pretendió fijar una ontología, una base material axiológica y objetiva. Para él, el hombre es un ser espiritual que ya no esta atado a “impulsos y al ambiente”, y que se habré al mundo. En la medida que es sujeto espiritual es persona que sirve del cuerpo en calidad de instrumento para llevar la practica de determinados valores. La persona no es un sujeto que considera la persona desde el punto de vista pragmático, únicamente como objeto que hay que dominar. La persona, de un modo casi franciscano, sabe colocarse en una actitud extática de apertura hacia las cosas. Además, la persona se halla originariamente en la relación con el “yo” del otro. Tal relación abarca desde la formas inferiores de vida social hasta la culminación, consistente en la relación de amor.

La virtud según la entendían los griegos, era una disposición a actuar y a sentir de determinada manera. El pensamiento racionalista busca un sentido unitario de la vida humana y de sus aspiraciones al precio de ignorar sus ambivalencias, sin-sentidos e irracionalidades. Los valores de la ilustración -la liberta y la igualdad- siguen presentes, pero lo alcanzados con ellos y en su nombre, es profundamente contradictorio y paradójico. La autonomía ha degenerado en individualismo o corporativismo; la igualda, en una homogeneidad cultural que secunda los imperativos de la publicidad o de la moda.

El vacío de los valores es el vacío de unos imperativos cuya razón de ser no es nada obvia. ¿Por qué? Por que la racionalidad económica y pragmática lo han invadido todo. Nada vale por si mismo sino por su utilidad. El otro no es de entrada, un ser humano, sino un probable competidor. La obra de arte no se deslumbra por su belleza, si no por la ocasión de invertir que representa. Estudiar no es un placer, es una tramite para ganar mas dinero. Solo lo numérico y cuantificable -lo aparente en suma- es objeto de complacencia. ¿Satisface un mundo así? Esa es la pregunta que ha sido despreciada frente al poder de lo racional.

El nihilismo imperante los valores van perdiendo paulatinamente su virtualidad. El hombre actual se esta convirtiendo en un instrumento mas de producción, con una baja autoestima. Se va haciendo constantemente preguntas sobre el sentido de su vida, pero se ha precipitado, aun sin proponérselo, en los fondos de la soledad y la incomunicación.

A su vez, la comunicación interpersonal languidece y sé y se torna cada vez más irrelevante cuando las persona se convierten en consumidoras de palabras sin un ejercicio activo del lenguaje. Esto es patente incluso en las pequeñas comunidades, y ni siquiera la institución familiar se ve libre de este fenómeno. El hombre actual vive una saturación de lenguaje recibido con lo que se incrementa su propia alineación. No es que pierda la capacidad de pensar con un lenguaje propio sino que su pensamiento necesita cabalgar sobre el pensamiento ajeno; mejor dicho, piensa con el pensamiento de otros, que es lo mismo que no pensar. De este modo, la vida social se convierte en el pelotón sin resistencia a las ordenes de quienes ofrecen discurso interesantes.

Estamos ante una evidente crisis y vacío de valores. Me preocupa en primer lugar la superficialidad, el vacío y la desinteriorizacion del hombre que le lleva a vivir de cara al exterior, aturdido entre prisas y ruidos, sin saber a donde va y quien es. Pero no podemos sofocar ese grito angustioso e insobornable que surge dentro de nosotros y que nos pide una mayor coherencia en nuestro proceso de búsqueda de la felicidad. Es preciso abrir caminos seguros y coherentes a la Familia, a la escuela a la juventud y a la sociedad. Buscar valores que den sentido a nuestras vidas.

Los jóvenes necesitan valores que den sentido a su existencia y que vayan guiando sus pasos por los caminos de la plena realización. Para ello tienen que hurgar en los entresijos de la cultura. Casi todas las cultura han aceptado los conceptos de amistad, amor, justicia, paz, solidaridad, buen entendimiento, fraternidad. Hay que elevar todo lo hermoso, bueno, verdadero, justo y bello que vemos en la humanidad para consolidar la paz y la buena convivencia.

El valor autentico nos habla de bien, de perfección, de dignidad. Es como ideal, un proyecto, un guía, un camino de autentica felicidad. El mejor camino del descubrimiento de los valores estimables es la cultura y el medio más adecuado la educación. “ La tarea de imprimir en las gentes los ideales y las normas que guíen a nuestra civilización es, ante todo, tarea que incumple a la educación, ¡pero que miserablemente inadecuado es nuestro sistema educativo para esta tarea!” (E. Fromm).

Los adolescentes y los jóvenes buscan modelos referenciales que sean auténticos transmisores de valores. No basta que los padres o educadores les digan, que lo expresen, sino que es necesario que los vivan. Lod adolescentes van consumiendo los valores referenciales del entorno, especialmente el de la familia y de la escuela. Parece lógica la inquietud de muchos padres que no saben qué hacer, qué camino y que se dan en la pasividad de esperar a ver qué pasa. No podemos ser neutrales ya que los medios de comunicación, los amigos, la sociedad misma están transmitiendo sus valores por eso se hace precisa la interiorización, la reflexión, el análisis ponderado y responsable para tomar decisiones. Nuestros adolescentes van a pensar, a buscar la calidad humanizadota de su vida, a criticar los mensajes de los medios de comunicación, analizar sus compromisos tales, como tomar decisiones sobre futuro, asumir responsabilidades a la hora de vivir su realidad presente, aprender a equivocarse para no hundirse en la ciénega fangosa del conformismo. Los jóvenes son los primeros agentes de su propia adulación.

Todo esto tiene de cierto que los valores tradicionales han perdido vigencia y que los nuevos centros de interés no aparecen claramente definidos. Los que tiene valor aparece hoy disperso entre los armónicos cantos de sirena que tiene su nombre: consumismo, ideologias, condicionamiento de los medios de comunicación social, etc. Los estudios sociológicos son abundantes y nos explicitan todas las formas de “perdidas” de la persona en la confusión actual.

El nuestra cultura se confunden los valores y antivalores, disfrazados con frecuencia de fantasma poseídos de fuerzas malévolas que dominan el universo, revoloteando junto al anuncio de una nueva era luminosa y revalorizada. Hoy conviven amenazas de guerra y destrucción con movimientos carismáticos; escandalos de corrupcion de todo tipo con movimientos de comunidades cristianas comprometidas; bandas de terrorismo juveniles con bloques de jovenes camino de Taizé o de otros lugares, en busca de la paz perdida.

Los valores están sufriendo las consecuencias de la crisis y nosotros el dolor de todo momento de cambio. Es el dolor de la descomposición en espera de la reorganización que ya llega: G. Milanesi (1981), tras un estudio sociologico, habla de “ La busqueda de lo religioso en los jovenes, tras el eclipse y la vuelta de lo sagrado”.

La familia y la escuela tiene hoy un reto inaplazable: abrir causes para que los grandes valores del humanismo cristiano afloren en sus tareas educativas. Pero no olvidemos que los valores impuestos a la fuerza suelen ser valores rechazados. Los valores sugeridos que dejan un amplio margen a la reflexión serena y a la decisión responsable, suelen ser valores libremente asumidos. El adolescentes disponen en un sentido de suficiente madurez para aquilitar cuidadosamente aquellos valores que pueden dar, que van sentido a su vida.

Ha llegado la hora de encontrar auténticos criterios morales, debidamente ponderados, que vayan mas allá de la simple eficacia, como el sentido de la autonomía personal, la fuerza de la responsabilidad, la madurez espiritual y moral, la solidaridad hacia los hermanos. Será oportuno recordad que nuestra sociedad vive una profunda desmoralización porque, en el fondo, ha perdido el verdadero sentido de la vida. Esta crisis ha sido provocada por el declive primordialmente de las grandes creencias y utopías. Los jóvenes precisan encontrarse un gran proyecto que de sentido a su presente y que le oriente hacia el futuro.

LA EDUCACIÓN DE LOS VALORES EN LA FAMILIA

La consideración pedagógica de los valores debe estar presente en todo el recorrido del proceso educativo. La pedagogía de la intervención requiere un patrón de los valores que guíe las actividades participativas de los individuos hacia la optimización humana, lo que implica una mejor planificación en el campo familiar y en el campo escolar. El valor como tal es uno de los rasgos más importantes que se aprenden en el seno de la educación familiar. El proceso de la educación hace referencia siempre a algún modelo axiológico, en cuanto intenta reproducir los valores, actitudes, hábitos, técnicas y conocimientos que predominan en una sociedad determinada. Las condiciones sociales y tecnológicas de nuestro tiempo exigen un nuevo replanteamiento y quizás mas profunda revision de la funciones que tradicionalmente se le asignan a la educación.

Las instituciones sociales tales como la familia, escuela, los medios de comunicación social, etc. Proporcionaba pautas de conductas armonizadas con las exigencias institucionales. Las instituciones a su vez responden a un sistema de valores, cuyo mantenimiento y reproducción coadyuvan las practicas comunicativas y las formas de la relación interior de las mismas.

Pero además de las instituciones sociales, existen otros ámbitos de mantenimiento de valores entre los que destaca la practica de la religión. Esta mantiene abierto el universo de las creencias de las relaciones comunicativas con Dios, que es la claves de bóveda del universo valora religioso social. No cabe imaginar una crisis de valores desligada de una crisis religiosa.

El gran dinamismo de los medios de comunicación e información nos abruman con multitud de sistemas de valores que inundan los hogares que nos obligan a la elección de algunos de ellos. Con frecuencia se presentan como contrarios o contradictorios, dependiendo de la formación inicial de la persona y de su capacidad critica e innovación.

Dada la trascendencia de los valores en el hogar, la familia no puede olvidar que allí el hijo recibe las primeras caricias, las primeras enseñanzas, percibe los comportamientos iniciales. Allí prácticamente se ponen los fundamentos éticos que deben gobernar a la persona a atreves de su vida en el seno de la comunidad familiar trascurre la primera y fundamental parte del proceso de socialización. Los testimonios de sociólogos, pedagogos y psicólogos coinciden en esta afirmación. El niño pasa los primeros años de su vida inmerso en la comunidad familiar, y es en esta donde se afirman los cimientos de su personalidad antes de que incidan otras influencias. La familia puede educar por asimilación o hasta por rechazo, pero en cualquier caso, su influencia es profunda y duradera.

La mejor educación nace y se desarrolla en el hogar. Es ahí donde aprende a despertar interés por la vida, a confiar en si mismo, a creer que puede seguir adelante por los caminos del triunfo. Los padres tienen la posibilidad de mostrar con su presencia y su atención atenta los caminos de la verdad y del amor, el espíritu de trabajo, la ayuda a los demás, impulsarles a ser ellos mismos, a desarrollar sus cualidades, a potenciar su autoestima, sin que tenga imitar a nadie o a buscar por los desiertos de la vida lo que tienen y poseen dentro de su persona.

La familia es, en su más profundo sentido, comunidad, comunicación. Es la primera comunidad de vida de amor, pero es al mismo tiempo la primera escuela del saber, del civismo y de la ciudadanía. Es la primera escuela de los hijos. La familia es la sociedad creada para educar a las generaciones. Unos padres que sepan educar, que no van a la improvisación, sino que sean sabido preparar para esta tarea tan sublime de saber ser padre.

LOS VALORES QUE BEBEMOS FOMENTAR

Las religiones: oficialmente promueven, además de la bondad, el valor de lo sagrado y los valores trascendentales y sobrenaturales, tales como la adoración y salvación eterna.

La política: promueve valores sociales y, almenos en teorias, el bien comun.

El deporte: promueve la disciplina y la salud.

Y podríamos seguir dando ejemplos.

Conviene, aun antes de precisar su naturaleza y esencia, verlos en panorámica.

La lista podría ser interminable. Enumerar y repasar los principales nos sirve para darnos una perspectiva del terreno. Son o pueden ser valores algunas de la siguientes:

  • La cultura

  • La confianza

  • La paz

  • La limpieza

  • La libertad

  • La democracia

  • La rapidez

  • El perdón

  • La comedida

  • La intimidad

  • La independencia

  • Etc.


Los valores buscados y perseguidos por los individuos y por la empresa, funcionan como motivadores; y estan presentes en cada una de las pociones que tomamos veinte, cincuenta y cien veces al dia; antes de decidir tenemos que preferir, y antes de preferir tenemos que valorar.

Así es nuestro proceso:

1 Valorar

2 preferir

3 decidir

Orientarse en el mundo de los valores resulta ahora tan complicado como orientarse y moverse en una inmensa metrópoli moderna, tipo Nueva York, Londres o Tokio.

Los valores humanos han sido siempre tema importante de reflexión por parte de los hombres más profundos y más responsables. Desde hace muchos siglo existe la axiología, pero con enfoque filosófico, abstractos, especulativo. Los tratados de axiologías se encontraban enmarcados en textos de filosofía y ética.

Es una novedad de ultima hora el estudio psicológico de los valores, que nos ubica en el terreno vivencia. Pasamos así de las teorías a los hechos, de lo especulativo a lo positivo de lo abstracto a lo concreto, de lo frió y nebuloso a lo inmediato, vivo y candente.

Su propósito general es propiciar una toma de conciencia y un estudio de los propios valores y de los de las instituciones en las que el estudioso se desenvuelven.

CONCLUSIÓN

Con este tema quedamos con la siguiente idea:

La falta de valores que tenemos a nuestro país, la falta de entendimiento especial en nosotros los jóvenes.

También muchos de estos valores entramos en realidades divergentes y contradictoria tenemos que reconquistar el sentido más autentico y genuino de las palabras.

El hombre de hoy contempla en su conciencia un gran vacío de los valores, no es posible separar la crisis de valores de la crisis social.

Tal vez la razón fundamental del vacío de valores que constatamos no sea otra cosa que el haber condenado al sentimiento a un papel secundario en nuestro trato con los hombres y los cosas.

miércoles, 5 de mayo de 2010

HOMENAJE A LA MADRE LUCHADORA



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HAY UNA MUJER....

... que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor, y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados.

Una mujer que siendo joven, tiene la reflexión de una anciana y en la vejez trabaja con el vigor de la juventud.

Una mujer, que si es ignorante, descubre con más acierto los secretos de la vida que un sabio, y si es instruída se acomoda a la simplicidad de los niños.



Una mujer, que siendo pobre se satisface con los que ama, y siendo rica, daría con gusto sus tesoros por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud.

Una mujer que siendo vigorosa, se estremece con el llanto de un niño, y siendo débil se reviste a veces con la bravura de un león.

Una mujer que mientras vive no la sabemos estimar, porque a su lado todos los dolores se olvidan, pero después de muerta daríamos todo lo que poseemos por mirarla de nuevo un solo instante, por recibir de ella un solo abrazo, por escuchar un solo acento de sus labios.

De esa mujer no me pidas el nombre, si no quieres que empape en lágrimas el pañuelo... esa mujer yo la vi por el camino. Es mi madre!

De esa mujer no me exijáis el nombre si no queréis que empape con lágrimas vuestro album, porque ya la vi pasar en mi camino. Cuando crezcan vuestros hijos leedles esta página y ellos, cubriendo de besos vuestra frente os dirán que un humilde viajero ha dejado aquí, para ti y para ellos, un boceto del retrato de su madre."

Autor: Ramón Angel Jara, Obispo chileno y canónigo argentino
Texto enviado por Mª del Carmen Anzulovih

¿Qué es una Madre?

Hoy me preguntaba que es una madre, y me puse a pensar que es lo que no es para así poder saber que es lo que es:

Una madre no es un buzón , pero puede traerte buenas nuevas,
una madre no es una caja de seguridad, pero puede guardar un secreto,
una madre no es un cofre pero en ella puedes descubrir un tesoro.

Una madre no es una caja fuerte pero puede protegerte de los ladrones,
una madre no es un arma pero, puede protegerte de muchos peligros,
una madre no es un semáforo, pero te puede evitar muchos choques.

Una madre no es un árbo,l pero bajo su sombra uno se puede sentir bien cómodo,
una madre no es una mascota, pero pero puede hacerte unos mimos espectaculares,
una madre no es una autopista, pero te puede guiar por el mejor camino,
una madre no es un auto, pero te puede llevar a muchos lados.

Una madre no es un caramelo, pero te puede endulzar la vida,
una madre no es un café, pero te puede acompañar mientras esperas ese resultado,
una madre no es un te, pero puede entibiar la vida.

Una madre no es horno de microondas, pero puede recalentarte la comida después de esperarte hasta las 3 de la mañana,
una madre no es una heladera, pero puede aguantarte hasta que te pudras,
una madre no es una lavadora, pero muchas veces te salva lavándote la ropa 5 minutos antes de que te la pongas.

A fin de cuentas, una madre no es nada de eso, pero sí me di cuenta qué es lo que sí es:

Una madre es paciencia, entrega, sacrificio, perdón, compañía, amor, bendición, protección, cuidado, y demás etc... que ocuparían muchas páginas de muchos libros pero lo más importante de todo este discurso es que la madre es un REGALO DE DIOS.

Estas son las diferentes imágenes de una madre según la edad:

4 AÑOS DE EDAD ... Mi mamá puede hacer cualquier cosa
8 AÑOS DE EDAD ... ¡Mi mamá sabe mucho! ¡Un montón!
12 AÑOS DE EDAD ... Mi mamá no lo sabe absolutamente todo.
14 AÑOS DE EDAD ... Naturalmente, mamá tampoco sabe eso.
16 AÑOS DE EDAD ... ¿Mi mamá? ¡ay, es tan anticuada!
18 AÑOS DE EDAD ... ¿Esa vieja? Está totalmente fuera de época
25 AÑOS DE EDAD ... Bueno, puede que sepa algo al respecto.
35 AÑOS DE EDAD ... Antes de decidir, ¿por qué no pedimos la opinión de mamá?
45 AÑOS DE EDAD ... Me pregunto, ¿qué habría pensado mamá al respecto?
65 AÑOS DE EDAD ... Ojalá pudiera conversarlo con mi mamá.


¡ Felicidades a todas las madres en su día !

Texto enviado por Giapienzo

Hoy es el día de la madre

¡Vaya conciencia la nuestra!

Te damos un día, cuando te mereces toda la vida.

¿Qué puedo hacer hoy?

Recordar miles de deudas impagables.

Evocar tu amor de madre en tantos gestos y situaciones.

Quizás únicamente decirte: te quiero mamá.

sábado, 1 de mayo de 2010

Mayo: Mes de María


La Iglesia otorga este mes a María para conocerla y amarla más
Mayo: Mes de María
Mayo: Mes de María
Mayo es el mes de las flores, de la primavera. Muchas familias esperan este mes para celebrar la fiesta por la recepción de algún sacramento de un familiar. También, Mayo es el mes en el que todos recuerdan a su mamá (el famoso 10 de Mayo) y las flores son el regalo más frecuente de los hijos para agasajar a quien les dio la vida.

Por otro lado, todos saben que este mes es el ideal para estar al aire libre, rodeado de la belleza natural de nuestros campos. Precisamente por esto, porque todo lo que nos rodea nos debe recordar a nuestro Creador, este mes se lo dedicamos a la más delicada de todas sus creaturas: la santísima Virgen María, alma delicada que ofreció su vida al cuidado y servicio de Jesucristo, nuestro redentor.

Celebremos, invitando a nuestras fiestas a María, nuestra dulce madre del Cielo.

¿Qué se acostumbra hacer este mes?

  • Ofrecimiento de flores a la Virgen.

  • Este es el mejor regalo que podemos hacerle a la Virgen. Regalar flores es una manera que tenemos las personas para decirle a alguien que la queremos mucho. A la Virgen le gusta que le llevemos flores y, también, si se puede, le podemos cantar sus canciones preferidas como las que te sugerimos más adelante, en la página........
    Para dar mayor solemnidad al Ofrecimiento, los niños pueden ir vestidos de blanco, símbolo de pureza.

  • Reflexionar en los principales misterios de la vida de María.

  • Reflexionar implica hacer un esfuerzo con la mente, la imaginación y, también, con el corazón, para profundizar en las virtudes que la Virgen vivió a lo largo de su vida. Podemos meditar en cómo María se comportó, por ejemplo, durante:

    -la Anunciación
    -la Visita a su prima Isabel
    -el Nacimiento de Cristo
    -la Presentación del Niño Jesús en el templo
    -el Niño Jesús perdido y hallado en el templo
    -las Bodas de Caná
    -María al pie de la cruz.

  • Recordar las apariciones de la Virgen.

  • En Fátima, Portugal; en Lourdes, Francia y en el Tepeyac, México (La Guadalupe) la Virgen entrega diversos mensajes, todos relacionados con el amor que Ella nos tiene a nosotros, sus hijos.

  • Meditar en los cuatro dogmas acerca de la Virgen María que son:


  • 1. Su inmaculada concepción: A la única mujer que Dios le permitió ser concebida y nacer sin pecado original fue a la Virgen María porque iba a ser madre de Cristo.

    2. Su maternidad divina: La Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo de Dios.

    3. Su perpetua virginidad: María concibió por obra del Espíritu Santo, por lo que siempre permaneció virgen.

    4. Su asunción a los cielos: La Virgen María, al final de su vida, fue subida en cuerpo y alma al Cielo.

  • Recordar y honrar a María como Madre de todos los hombres.


  • María nos cuida siempre y nos ayuda en todo lo que necesitemos. Ella nos ayuda a vencer la tentación y conservar el estado de gracia y la amistad con Dios para poder llegar al Cielo. María es la Madre de la Iglesia.

  • Reflexionar en las principales virtudes de la Virgen María.

  • María era una mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios. Era una mujer humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a los demás; tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; era servicial, atendía a José y a Jesús con amor; vivía con alegría; era paciente con su familia; sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida.

  • Vivir una devoción real y verdadera a María.


  • Se trata de que nos esforcemos por vivir como hijos suyos. Esto significa:
    1. Mirar a María como a una madre: Platicarle todo lo que nos pasa: lo bueno y lo malo. Saber acudir a ella en todo momento.

    2. Demostrarle nuestro cariño: Hacer lo que ella espera de nosotros y recordarla a lo largo del día.

    3. Confiar plenamente en ella: Todas las gracias que Jesús nos da, pasan por las manos de María, y es ella quien intercede ante su Hijo por nuestras dificultades.

    4. Imitar sus virtudes: Esta es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.

  • Rezar en familia las oraciones especialmente dedicadas a María.

  • La Iglesia nos ofrece bellas oraciones como la del Ángelus (que se acostumbra a rezar a mediodía), el Regina Caeli, la Consagración a María y el Rosario.
    Varias oraciones Marianas

  • Cantar las canciones dedicadas a María

  • Que nos ayudan a recordar el inmenso amor de nuestra madre a nosotros, sus hijos

  • Treinta días de oración a la Reina del Cielo