sábado, 16 de octubre de 2010

Los milagros del Señor de los Milagros en Trujillo



LA FE MUEVE MONTAÑAS
Mi nombre es Elvira Quiroz de Gamboa y lo que voy a contar fue un milagro de Nuestro Señor de los Milagros.
Hace un año me operaron de un fibroma cervical, al poco tiempo de tres meses falleció alguien muy importante en mi vida(mi madre), ese mismo día que era un 28 de Agosto yo tenía control para saber los resultados de mi operación, lo cual yo llegando al consultorio le dije al doctor que no podía pasar control porque había fallecido mi madre, pero el doctor me dijo que yo también era madre y que tenía a mis hijos y que debería escuchar mis resultados, lo cual fue algo muy doloroso porque me dijo que tenía cáncer agresivo llamado LIOSARCOMA en el cuello uterino, me sentí tan mal con los resultados que no lo podía creer y pensé que me iba a morir, al reaccionar de todo esto, salí del consultorio y sin mirar a nadie me dirigí a la Iglesia y me incliné ante la imagen del Señor de los Milagros, me fui ante Él porque creo en Él y porque soy devota del Señor de los Milagros, lloré tanto y le pedí de todo corazón que me curara del cáncer.
Pasando ya dos semanas de ese día ya me tocaba mi primera quimioterapia fue muy dolorosa pero gracias a Dios, a toda mi familia y amistades que me apoyaron moral y económicamente, ya que todos sabemos que esta enfermedad es muy costosa, pero gracias a Dios y a mi familia lo pude soportar.
Después de quince días tuve que viajar a Paiján, a la confirmación de mi hijo mayor, terminando ya la confirmación me dirigí hacia el altar y me encontré en el suelo un crucifijo del Señor de los Milagros y desde ese momento dije que tenía que seguir luchando y sentí algo muy hermoso dentro de mí que me decía que el Señor de los Milagros estaba conmigo, desde ese día me puse el crucifijo y junto a Él pasé todas mis quimioterapias y también me dio consuelo a la pérdida de mi madre.
Desde ese momento fui y me inscribí para pertenecer a las Hermanas Sahumadoras del Señor de los Milagros.
Pasando ya dos semanas de finalizar mis quimioterapias, tuve que ir una mañana para hacerme los análisis, para saber si aún tenía el cáncer. Al regresar por la tarde a la entrega de mis análisis no tuve miedo al recogerlos porque algo en mi sentía que yo ya no tenía esa enfermedad, cuando pasé al consultorio y el doctor comenzó a revisar mis análisis , me miró y me dijo con una sonrisa: “Señora usted ya no tiene la enfermedad del cáncer agresivo” y le agradecí al doctor y me fui a la Iglesia a agradecer a Nuestro Señor de los Milagros. Por eso, desde hoy en adelante mi vida le pertenece, por eso siempre le diré gracias, mil gracias mi Señor de los Milagros.
“LA FE MUEVE MONTAÑAS”
Elvira Quiroz de Gamboa
Trujillo, 15 de octubre de 2010

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