lunes, 9 de mayo de 2011
Mayo: Mes de María
Autor: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net
Mayo: Mes de María
La Iglesia otorga este mes a María para conocerla y amarla más
Mayo: Mes de María
Mayo es el mes de las flores, de la primavera. Muchas familias esperan este mes para celebrar la fiesta por la recepción de algún sacramento de un familiar. También, Mayo es el mes en el que todos recuerdan a su mamá (el famoso 10 de Mayo) y las flores son el regalo más frecuente de los hijos para agasajar a quien les dio la vida.
Por otro lado, todos saben que este mes es el ideal para estar al aire libre, rodeado de la belleza natural de nuestros campos. Precisamente por esto, porque todo lo que nos rodea nos debe recordar a nuestro Creador, este mes se lo dedicamos a la más delicada de todas sus creaturas: la santísima Virgen María, alma delicada que ofreció su vida al cuidado y servicio de Jesucristo, nuestro redentor.
Celebremos, invitando a nuestras fiestas a María, nuestra dulce madre del Cielo.
¿Qué se acostumbra hacer este mes?
Ofrecimiento de flores a la Virgen.
Este es el mejor regalo que podemos hacerle a la Virgen. Regalar flores es una manera que tenemos las personas para decirle a alguien que la queremos mucho. A la Virgen le gusta que le llevemos flores y, también, si se puede, le podemos cantar sus canciones preferidas como las que te sugerimos más adelante, en la página........
Para dar mayor solemnidad al Ofrecimiento, los niños pueden ir vestidos de blanco, símbolo de pureza.
Reflexionar en los principales misterios de la vida de María.
Reflexionar implica hacer un esfuerzo con la mente, la imaginación y, también, con el corazón, para profundizar en las virtudes que la Virgen vivió a lo largo de su vida. Podemos meditar en cómo María se comportó, por ejemplo, durante:
-la Anunciación
-la Visita a su prima Isabel
-el Nacimiento de Cristo
-la Presentación del Niño Jesús en el templo
-el Niño Jesús perdido y hallado en el templo
-las Bodas de Caná
-María al pie de la cruz.
Recordar las apariciones de la Virgen.
En Fátima, Portugal; en Lourdes, Francia y en el Tepeyac, México (La Guadalupe) la Virgen entrega diversos mensajes, todos relacionados con el amor que Ella nos tiene a nosotros, sus hijos.
Meditar en los cuatro dogmas acerca de la Virgen María que son:
1. Su inmaculada concepción: A la única mujer que Dios le permitió ser concebida y nacer sin pecado original fue a la Virgen María porque iba a ser madre de Cristo.
2. Su maternidad divina: La Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo de Dios.
3. Su perpetua virginidad: María concibió por obra del Espíritu Santo, por lo que siempre permaneció virgen.
4. Su asunción a los cielos: La Virgen María, al final de su vida, fue subida en cuerpo y alma al Cielo.
Recordar y honrar a María como Madre de todos los hombres.
María nos cuida siempre y nos ayuda en todo lo que necesitemos. Ella nos ayuda a vencer la tentación y conservar el estado de gracia y la amistad con Dios para poder llegar al Cielo. María es la Madre de la Iglesia.
Reflexionar en las principales virtudes de la Virgen María.
María era una mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios. Era una mujer humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a los demás; tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; era servicial, atendía a José y a Jesús con amor; vivía con alegría; era paciente con su familia; sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida.
Vivir una devoción real y verdadera a María.
Se trata de que nos esforcemos por vivir como hijos suyos. Esto significa:
Mirar a María como a una madre: Platicarle todo lo que nos pasa: lo bueno y lo malo. Saber acudir a ella en todo momento.
Demostrarle nuestro cariño: Hacer lo que ella espera de nosotros y recordarla a lo largo del día.
Confiar plenamente en ella: Todas las gracias que Jesús nos da, pasan por las manos de María, y es ella quien intercede ante su Hijo por nuestras dificultades.
Imitar sus virtudes: Esta es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.
Rezar en familia las oraciones especialmente dedicadas a María.
La Iglesia nos ofrece bellas oraciones como la del Ángelus (que se acostumbra a rezar a mediodía), el Regina Caeli, la Consagración a María y el Rosario.
Varias oraciones Marianas
Cantar las canciones dedicadas a María
Que nos ayudan a recordar el inmenso amor de nuestra madre a nosotros, sus hijos
Treinta días de oración a la Reina del Cielo
viernes, 6 de mayo de 2011
MADRE: SÍMBOLO DE LA UNIDAD FAMILIAR Y DEL DESARROLLO DE LA SOCIEDAD
En esta fecha especial en que celebramos el Día de la Madre, saludo con respeto y cariño a todas las Madres de nuestro país.
La Iglesia, fiel a las Sagradas Escrituras, valora la riqueza propia de la mujer, que es esencialmente dulzura, ternura, fidelidad, desprendimiento, generosidad y heroísmo; y que encuentra su más profunda identidad en la maternidad y en el desarrollo de ellas mismas y de sus familias.
En esta época de grandes decisiones en la que se habla del progreso del país, no debemos olvidar el rol y la importancia de la Madre peruana, porque ella con su sacrificio constante es pieza fundamental y símbolo de la unidad y desarrollo de todos los miembros de su familia. Al apostar por la unidad y la promoción de su familia, célula básica de la sociedad, la Madre está colaborando significativamente con el futuro del país.
La madre da todo a cambio de nada para que el ser que ha nacido de sus entrañas afronte la vida con coraje y optimismo. En este sentido, agradezco a las madres que han permitido ver la luz del mundo a sus hijos y que de ese modo dan a conocer la creación de Dios con el don maravilloso de la vida, emprendiendo con fortaleza y amor la misión de ser madres y enfrentando con valentía las dificultades que se presentan a lo largo de la vida.
La maternidad es una maravillosa realidad que encierra el misterio de la vida hecha a imagen y semejanza de Dios, pues en el seno de una Madre se unen cuerpo y alma para una eternidad, se forma un nuevo ser con un corazón creado para amar, con una libertad capaz de elegir y con una inteligencia hecha para guiar los destinos de la humanidad.
En este día, de modo especial, acompaño la soledad de las Madres olvidadas por sus hijos y de las que se encuentran privadas de su libertad. Les expreso mi cercanía a las Madres que soportan la cruz de la enfermedad y a todas las que sufren heridas en su dignidad humana o maternal. Pido a todos volver el rostro hacia las Madres que son víctimas de injusticias o de explotación, y a las que viven silenciosamente la dramática violencia familiar.
Finalmente, acogidos bajo el manto de la Madre de Dios y Madre nuestra, me gustaría recordar las palabras que nos dedicó el Papa Juan Pablo II, hoy Beato de la Iglesia Católica, en su discurso del 15 de mayo de 1988 cuando visitó nuestro país por segunda vez: “El pueblo peruano invoca a María como Madre, Madre de misericordia, porque Ella lleva en sus brazos y de Ella hemos recibido al Verbo de Dios hecho Hombre, venido a nosotros, los hombres, para que tengamos vida y la tengamos en abundancia”.
A todas las Madres del Perú, les deseo con afecto y gratitud: .
¡UN FELIZ DÍA, HOY Y SIEMPRE!
Lima, 6 de mayo del 2011
+ Hector Miguel Cabrejos Vidarte, OFM
Arzobispo Metropolitano de Trujillo
Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana
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